Asier Ortiz, Chief Operating Officer (COO) de Lantek
Aunque los últimos avances y desarrollos tecnológicos asumidos por cada vez más empresas están haciendo factible que se puedan realizar predicciones encaminadas a la autogestión de la industria, existen aún ciertos elementos que determinan que quizás ese futuro imaginado por máquinas que resuelven las tareas más complejas que hoy en día realizamos las personas, este más lejos de lo que creemos.
El proceso de digitalización ha supuesto una explosión de datos, que ya somos capaces de analizar y tratar. Ya habíamos conseguido desarrollar algoritmos capaces de hacer que las máquinas aprendiesen, pero estábamos a la espera de poder alimentar de datos a dichos sistemas de manera masiva para que su aprendizaje fuese real y válido. A las máquinas se les ha dotado de capacidades de aprendizaje en base a algoritmos de machine learning y gracias a su gran capacidad de recogida de innumerables datos, su contribución abre nuevas posibilidades para el diseño de las fábricas del futuro.
Estas máquinas, que hasta la fecha habían ayudado a automatizar procesos, conectadas al mundo digital a través de la captura de sus datos para conocer y anticipar situaciones, y ofrecían nuevas capacidades de predicción o aprendizaje, son las que denominamos sistemas ciberfísicos. Estos sistemas serán capaces de resolver situaciones de manera autónoma, relacionadas con la petición de trabajo, aviso de indicadores para predicción de errores, identificación de fallos o anticipación de necesidad de mantenimiento, permitiendo a los humanos resolver situaciones o problemas más complejos a cerca del flujo continuo de fabricación. Estas máquinas estarán conectadas al mundo digital, al ecosistema de soluciones software implementados en la factoría. El mundo físico y el mundo digital conectados.
Nuestra visión es que las máquinas inteligentes puedan complementar y apoyar el trabajo de las personas, aportando mayor conocimiento y valor añadido. Sin embargo, creemos que éstas deben entenderse como una herramienta no como un fin en sí mismo que pueda reemplazar al ser humano.
Existen capacidades singulares del ser humano que no pueden aún ser replicadas o imitadas por las máquinas. Cualidades como la creatividad, la empatía, el sentido común, las emociones, o bien la capacidad de razonar son características que nos diferencian de cualquier máquina y que sitúan a las personas aún en una posición privilegiada por delante de las máquinas.