Han tardado tiempo en elevarse las voces que denunciaban que el imparable incremento de precios energéticos lastraba no sólo a los ciudadanos de a pie, que cada vez se lo piensan más antes de utilizar el interruptor de la luz o de encender la calefacción, sino también a unos de nuestros principales motores económicos: las industrias.
Empresas emblemáticas como Fertiberia o Sidenor han anunciado públicamente las dificultades por las que están atravesando, al tener que afrontar incrementos de costes que en algunos casos alcanzan el 25%, lo que les ha obligado a cerrar temporalmente algunas de sus plantas.
Desde que se produce y comunica la toma de estas decisiones, hace ya algunas semanas, son más las empresas y los colectivos empresariales que saltan a la palestra anunciando las dificultades por las que atraviesan. Es el caso de FEAF (Federación Española de Asociaciones de Fundidores) que a representa a 150 empresas, 3.650 millones de euros de facturación, 18.291 empleos directos y 54.900 empleos inducidos y una exportación que supera el 65% de las ventas. En palabras de su secretario general Marcial Alzaga “Los márgenes de negocio de las fundiciones son mínimos, del orden del 3%. Los costes energéticos suponen de media el 10% de los costes totales de las fundiciones, entre electricidad y gas.” Y añade, “los incrementos exponenciales de costes energéticos durante el año 2021, para una fundición media, una pyme que consume 500 MWh mensuales, 6 GWh al año han pasado de un importe de 35.900 € mensuales antes del verano, a un coste de 92.200 € en el mes de septiembre y un coste de 122.200 en el mes de octubre. El sobrecoste de estos últimos meses, extrapolado a un año completo, ascendería a unos 850.000 euros que irían directamente a pérdidas en la cuenta de resultados de esa pyme”.
En una línea semejante se expresa el presidente de ASE (asesor energético para empresas), Ramón López, quien admitiendo que, si bien la carestía de la energía afecta a todos los sectores, es el del metal el que más lo está acusando por ser el que más consume más energía. Preguntado por la afección que está sufriendo una industria media, Lopéz lo visualiza a través de un ejemplo “respecto a los precios medios pagados por el suministro completo de electricidad, esto es, tanto el consumo de energía propiamente dicho como el uso de las redes de transporte a través de los peajes y los cargos, asciende para una empresa de tamaño mediano a los 82,41 €/MWh en el mes de febrero. Esta misma empresa en el mes de septiembre paga un precio promedio de 189,69 €/MWh.
En otros términos, para una empresa como la del ejemplo con un consumo promedio mensual de unos 500 MWh, el importe en factura en el mes de febrero estuvo en los 41.205,00 €, y en el mes de septiembre en los 94.845,00 €.”
Está claro, que la situación es especialmente comprometida para las empresas industriales, incrementar los costes energéticos de forma desmedida y sin que se sepa hasta dónde y durante cuánto tiempo, genera una incertidumbre difícil de gestionar y de todos es sabido, que no hay nada peor para la economía que no tener claro el escenario en el que se mueve.
Analizado el contexto e intentando aportar un poco de luz a un escenario bastante complejo, existen también algunas iniciativas que están ayudando a llevar mejor esta fase de incertidumbre. Un buen ejemplo es la compra agrupada de energía impulsada desde la patronal alavesa SEA Empresas Alavesas a la que se han sumado ya más de 1.100 compañías de distintos puntos geográficos del estado “Esta iniciativa –señala el director general de SEA, Juan Ugarte, en la que llevamos involucrados cerca de 6 años, está permitiendo que más de 1.000 negocios adheridos a la misma, se ahorren más de 5 millones de euros en los últimos 6 meses al tener sus contratos cerrados a precio fijo desde enero de este año”
En este aporte de soluciones, Ramón López desde ASE apunta “se están acelerando los proyectos de fotovoltaica con autoconsumo y autoconsumo compartido, pero se suele confundir a las comunidades energéticas con el autoconsumo compartido”.
Sin duda hay que pensar en el consumidor industrial y hacen falta soluciones imaginativas que deben ir a un cambio de modelo como se propugna en la plataforma energética kV y que recuerda desde SEA, Juan Ugarte “frenar esta sangría pasa entre otras iniciativas por trasladar las redes eléctricas enmarcadas en 25 kV del escalón 1 al 2, y eliminar así una discriminación histórica; permitir la fórmula de agrupación de consumidores compartiendo lo que se denomina punto frontera o introducir el llamado P7 o turno de noche… por citar sólo algunas de las propuestas encaminadas al ahorro de costes.”
El tiempo sin duda, nos juega a la contra. Alzaga no olvida que a la carestía de la energía hay que sumar la situación de difícil acceso a las materias primas “los incrementos de precios de las principales materias primas que utiliza el Sector de Fundición y la caída pronunciada en ventas de las empresas que fabrican para el Sector Automoción (principal cliente de nuestro sector, que representó en 2020 el 58% de nuestras ventas), ponen en compromiso la competitividad y la continuidad de todas y cada una de nuestras empresas. Algunas empresas ya están parando su producción, antes de tener que cerrar, dentro de unos meses, por quiebra.”
“El problema de fondo que arrastra nuestro sistema eléctrico, que está impactando dramáticamente en la industria, es un asunto sistémico directamente relacionado con el uso de las posiciones dominantes en los mercados mayorista y minorista de electricidad. Soluciones que deberán venir de la mano de las autoridades de competencia que deben corregir los defectos que sufre nuestro modelo energético”, concluye el responsable deASE.
La industria, motor evidente de nuestra economía, atraviesa por serias dificultades derivadas de los costes energéticos. Los expertos tienen claro que estos problemas no se van a resolver con políticas cortoplacistas, sino a medio y largo plazo, y recuerdan que: sin industria no hay empleo.
Confiemos en que esta situación que de momento se entiende por todos los agentes implicados como coyuntural, con especial incidencia como ya se ha apuntado en estas líneas para el sector metal, se reconduzca en el mínimo tiempo posible para que las industrias recuperen la senda en la que ya trabajaban con paso firme de competitividad, innovación y saber hacer.
Mientras tanto, las inversiones enfocadas en el ahorro de materia prima son más rentables que nunca. Como gran ejemplo, las empresas que planifican su producción con Lantek MES Manager tienen importantes ahorros en el consumo de materia prima, que además de beneficiarse de un anidado muy eficiente, permite la secuenciación de diferentes pedidos sobre el mismo material, evitando desperdicios y planchas a medio cortar, entre decenas de otras funcionalidades destinadas a ahorrar materia prima. Consúltenos.”