Primero fue -y continúa- el desabastecimiento de semiconductores y ahora el incremento de las materias primas a causa de un desajuste entre la oferta y la demanda y recientemente también la subida de los costes energéticos. Los fabricantes de metales como el aluminio y el acero y las industrias manufactureras como el sector de la automoción, energías renovables o construcción viven momentos complejos y de gran presión en los costes que los ha llevado incluso a ralentizar o paralizar su producción.