En la era de la digitalización, la capacidad de personalizar la oferta es crucial para ser la opción preferida de los clientes y potenciales clientes. Una adaptación necesaria en cualquier sector y a la que no es ajena la industria del metal. ¿Cómo diferenciarse de la competencia? La clave no está en el producto, ni en el software en sí mismo, sino en los procesos y en cómo se amoldan a los mismos los distintos programas informáticos.