La Industria 4.0 ha llenado numerosas páginas en los últimos tiempos, convirtiéndose en un vocablo habitual para las empresas de cualquier sector. De hecho, el potencial que supone para la mejora de la productividad es inmenso. Pero hay que recordar que ese concepto encierra decenas de tecnologías muy distintas, cada una con implicaciones y con resultados diferentes. Por eso, el reto para las empresas industriales es conocer en detalle sus capacidades y trazar un plan para transformar los procesos productivos paso a paso.