En tiempos de crisis económicas todas las empresas de todos los sectores sufren. En mayor o menor medida todas padecen las consecuencias de una coyuntura económica adversa y se ven abocadas a tomar medidas con el fin de ser rentables, más competitivas y, en la mayoría de los casos, para capear el temporal y sobrevivir. Evidentemente, siempre hay alguna excepción y no faltan compañías emprendedoras que aprovechan la crisis como trampolín para reinventarse o detectar nuevas oportunidades de negocio allá donde antes no se veían.
En tiempos de crisis económicas todas las empresas de todos los sectores sufren. En mayor o menor medida todas padecen las consecuencias de una coyuntura económica adversa y se ven abocadas a tomar medidas con el fin de ser rentables, más competitivas y, en la mayoría de los casos, para capear el temporal y sobrevivir. Evidentemente, siempre hay alguna excepción y no faltan compañías emprendedoras que aprovechan la crisis como trampolín para reinventarse o detectar nuevas oportunidades de negocio allá donde antes no se veían.
Independientemente de la situación y del negocio de cada empresa, por lo general, las organizaciones que más se ven afectadas, son las que no tienen una práctica de negocio definida y que no cuentan con herramientas que les brinden información para la toma de decisiones ágiles y acertadas. Son éstas las que terminan siendo abatidas por la falta de control en sus procesos de negocio.
A estas alturas nadie duda de que las empresas, grandes y pequeñas, en su mayoría están concienciadas de la importancia que tiene invertir en soluciones tecnológicas que les permitan mejorar de forma sustancial su situación. Estas herramientas de TI les capacitan para automatizar sus procesos de negocio; planificar, ejecutar y supervisar los recursos y las actividades; coordinar y organizar los grandes volúmenes de información procedentes de diferentes fuentes; y gestionarlo todo no sólo para agilizar los procesos de toma de decisiones, sino también para hacerlos más reales, acertados y eficaces. Un ejemplo de esto serían las soluciones ERP, que se han convertido en una inversión estratégica para cualquier organización puesto que, como sus siglas indican, contribuyen a la gestión y planificación de los recursos empresariales potenciando la eficiencia operativa, incrementando el rendimiento del equipo humano y optimizando el servicio al cliente, además de potenciar el ahorro de costes.
Los sistemas ERP ayudan a las empresas a avanzar en tiempos de crisis, el inconveniente lo encontramos en el esfuerzo de inversión que hay que realizar dentro de un escenario cuyo telón de fondo son los constantes recortes. Esto se acentúa si nos centramos en el mercado de las pymes, que son las que más desgaste están acusando, a pesar de ser las que generan el mayor porcentaje de puestos de trabajo.
La situación no es para menos, cierto, pero la visión a corto plazo de las medidas que se tomen no tiene por qué ser una garantía de mejora del negocio. A este handicap se suma la reticencia o la poca costumbre a realizar inversiones en TI que tienen las pymes en nuestro país y una cultura de la innovación relativamente escasa, o que no es prioritaria para muchas compañías en la actualidad.
Pero es ahora más que nunca cuando se debe invertir en tecnología e innovación, porque suele ocurrir que la solución a situaciones adversas pasa por mejorar la eficiencia y la productividad, racionalizar los procesos y acceder a la información en tiempo real, potenciando la colaboración de todas las partes involucradas en un proceso y convirtiendo los datos en conocimiento. Es aquí donde el ERP se vuelve esencial, pues gestionar un negocio de forma proactiva en un período de recesión económica supone un gran reto para muchas empresas, sobre todo para las pymes.
Ya no sirve la excusa de que es necesario realizar un desembolso económico muy grande, puesto que el mercado ofrece una amplia variedad de soluciones estandarizadas, altamente modulares y con gran capacidad de parametrización, que están disponibles bajo licencia o en la nube, y donde los binomios calidad-precio y funcionalidad-ROI ofrecen un alto nivel de satisfacción. Si se toman medidas y se planifican acciones coordinadas adaptadas a la necesidad del negocio, si se adoptan métodos impulsen la eficiencia, las empresas podrán reforzar su organización y, por extensión, sus resultados y el empleo. La utilización de herramientas de análisis de negocio y de software integrado facilitan todo este proceso, reducen la complejidad operativa y financiera, y ayudan a coordinar las operaciones, ya sean remotas o no, además de dar una visión clara de los factores que influyen en el rendimiento.
Zuriñe Saenz. Account Manager.
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