Por lo general, es difícil conocer con exactitud el aporte de cada proceso a la cadena de valor de un producto. El mundo de la chapa tampoco es inmune a la dificultad de estimar un precio adecuado al producto final. Hay infinidad de procesos que añaden valor a un producto: material utilizado, chatarra generada, tiempo de corte, consumibles utilizados, mano de obra asociada a la producción, gastos indirectos varios, etc.